La desigualdad en números: índice de Gini, así mide México su brecha social

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Por: Redacción El Censal | Xalapa, Veracruz | 3 de agosto 2025

¿Qué es el índice de Gini?
El coeficiente o índice de Gini es un indicador estadístico ideado por el italiano Corrado Gini en 1912, tan ampliamente utilizado que ha llegado a representar la desigualdad de ingresos o riqueza como un solo número. Este índice mide la diferencia entre la distribución real del ingreso y una situación de igualdad perfecta, a partir de la curva de Lorenz: en una escala de 0 a 1 (o 0 % a 100 %), valores más altos reflejan mayor concentración económica.

Existen dos formas comunes de calcularlo: mediante el área entre la curva de Lorenz y la línea de igualdad, o como la mitad de la diferencia media absoluta relativa entre todos los pares de ingresos. El índice resume la dispersión del ingreso en una sola cifra útil para comparaciones entre países y en el tiempo.

No obstante, presenta limitaciones: países con estructuras demográficas o niveles de renta muy distintos pueden mostrar valores similares, aunque su realidad sea diferente; además, no captura la informalidad ni variaciones dentro de segmentos poblacionales, lo que puede ocultar desigualdades profundas.

La desigualdad en México según el índice de Gini
De acuerdo con datos del Banco Mundial y plataformas fiables, el índice de Gini para ingresos en México fue de 43.5 puntos en 2022. Esta cifra representa una leve disminución respecto a 2020 (44.6), apuntando a una tendencia moderada a la baja tras tocar máximos históricos cercanos a 46–48 durante la década anterior.

En la escala global, el promedio mundial se ubica alrededor de 38 % en países integrados, por lo que la cifra mexicana se considera alta, especialmente dentro de economías de la OCDE donde el promedio ronda entre 31–39 %.

La desigualdad no es solo una cuestión estadística: los datos de CONEVAL indican que el 10 % de la población con mayores ingresos controla cerca del 36 % del ingreso total, mientras que el 10 % más pobre percibe sólo alrededor del 1.3 %. Esta concentración desigual alimenta problemas de pobreza multidimensional, limitada movilidad social y menor cohesión social. A pesar de una disminución de pobreza general entre 2018 y 2022, persisten marcadas disparidades regionales y socioeconómicas.

Además, si bien el coeficiente de Gini ha caído ligeramente, países como México continúan entre los más desiguales de América Latina —sólo superados por naciones como Chile según reportes de la OCDE.

Panorama editorial
El índice de Gini se ha consolidado como una herramienta esencial para medir desigualdad, pero no debe interpretarse en solitario: complementarlo con curvas de Lorenz, distribución por deciles, análisis demográficos o el índice Palma —que compara ingresos del 10 % más rico con el 40 % más pobre— ofrece una lectura más completa.

En el caso de México, la ligera reducción del índice hasta 43.5 indica que hay avances lentos, pero la presencia de sectores con alta pobreza, mercados laborales informales y persistencia de monopolios y elites empresariales sugieren que las desigualdades siguen enraizadas en estructuras sociales y económicas.

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