Por: Redacción El Censal | Xalapa, Veracruz | 11 de noviembre de 2025
La decisión del Gobierno de México de imponer aranceles de entre 156 % y 210 % al azúcar importada —medida anunciada el 11 de noviembre de 2025— abre una nueva fase para el sector azucarero nacional y, en particular, para el agro en el estado de Veracruz, primer productor de caña de azúcar del país.
La medida busca restablecer precios justos, contener la competencia externa por debajo de costos y proteger miles de familias que dependen del cultivo de caña. En este contexto revisamos el impacto económico que esta acción puede tener en distintas dimensiones: producción, empleo, precios, inversión y cadenas locales.
Producción y cadena de valor
El sector azucarero en México tiene una relevancia destacada: se estima que genera más de 2 millones de empleos directos e indirectos, y alcanza un valor entre 40 y 50 mil millones de pesos al año, según datos de la agroindustria.
En Veracruz, la contribución es aún más significativa: se afirma que el estado aporta aproximadamente el 40 % de la producción nacional de azúcar.
Además, para el ciclo 2025/26 se proyecta una recuperación de la producción nacional en torno a 5.4 millones de toneladas crudas, lo que representa un incremento estimado del 6 % respecto al ciclo previo.
Con la nueva barrera arancelaria a las importaciones, se estima que se creará un espacio para que la producción nacional —y la veracruzana en particular— acceda a un mayor volumen de mercado interno a precios más favorables.
Empleo, comunidades cañeras y región
La medida adquiere mayor relevancia social en regiones donde la caña es el sustento económico primordial. En Veracruz, la cadena cañera involucra ejidatarios, pequeños productores, jornaleros y trabajadores de los ingenios azucareros.
Al eliminar o reducir la competencia de azúcar importada —más barata y de origen extranjero— se espera que los precios internos mejoren, lo que puede traducirse en mejores ingresos para los cañicultores. Esto a su vez protege la estabilidad de los empleos vinculados a la zafra, el transporte y la molienda.
Dado que el sector enfrenta históricamente deficiencias en productividad y tecnificación, la medida puede dar un respiro necesario para invertir en modernización y mejorar eficiencia.
Impacto en precios y mercado interno
Al gravar con 156 % a 210 % los azúcares importados, el gobierno busca desalentar esas importaciones, lo cual implica que el azúcar nacional tenga un margen de mercado mayor sin competir con productos extranjeros muy baratos.
Para los productores veracruzanos, esto significa un posible incremento del precio de venta de su producto, lo que mejora márgenes y puede aumentar la rentabilidad del cultivo. Asimismo, para los ingenios y la industria local, representa mayor previsibilidad de insumos y menor competencia externa.
Sin embargo, esto también conlleva riesgos: si la producción nacional no responde con suficiente volumen o calidad, el consumidor podría enfrentar alzas en el precio del azúcar en el mercado interno.
Inversión, modernización y riesgos estructurales
El mayor espacio de mercado abre la posibilidad de que los ingenios y productores inviertan en mejoras tecnológicas, eficiencia energética, diversificación de productos (por ejemplo, biocombustibles, bagazo, cogeneración) y mejores rendimientos por hectárea. La agroindustria veracruzana, con gran peso en el país, podría capitalizar ese momento.
No obstante, el sector enfrenta retos estructurales: bajos rendimientos por hectárea, alta fragmentación de la tierra, costos de producción elevados y antigua infraestructura. Si los productores no logran mejorar la competitividad, la barrera arancelaria puede convertirse en un paliativo y no en un cambio estructural.
Consideraciones para Veracruz
Para el estado de Veracruz, las implicaciones pueden agruparse en:
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Refuerzo de la economía regional: mayor demanda de caña proveniente de ingenios estatales; mayor valor agregado local.
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Sostenibilidad social: protección de miles de empleos y familias que dependen del sector cañero.
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Incentivo a modernizar: abrir mercado puede facilitar financiamiento para tecnologías limpias y mejores procesos.
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Riesgos de dependencia: si bien la protección es bienvenida, depender excesivamente de barreras puede inducir baja presión a la mejora y exponer al sector a shocks externos (clima, plagas, variabilidad internacional).
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Impacto en precios al consumidor: los veracruzanos podrían beneficiarse de su estado como productor, pero también podrían enfrentar incrementos en el precio del azúcar si la producción nacional no absorbe la demanda sin presiones de costo.







