Donald Trump extiende el plazo para venta de TikTok: compradores estadounidenses en puerta

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Washington, 22 de agosto de 2025 – En una nueva vuelta de tuerca a su pulso regulatorio contra TikTok, el presidente Donald Trump anunció que podría conceder una nueva prórroga para que ByteDance se desprenda de sus activos en EE. UU., afirmando que hay compradores estadounidenses interesados y que no alberga preocupaciones sustantivas sobre privacidad o seguridad. Esta sería la cuarta extensión consecutiva, mientras ambos lados del Atlántico observan cómo el plazo más reciente se extiende hasta el 17 de septiembre.

Trump aseguró no haber conversado aún con su homólogo Xi Jinping, aunque no descartó hacerlo “en el momento oportuno”. A ojos del mandatario, los temores sobre la plataforma se han magnificado, y su aparente afición personal —“soy fan de TikTok”, dijo— refuerza su decisión de mantenerla operativa más allá de lo regulatorio.

Su postura marca un evidente cambio de tono respecto a 2024, cuando el Congreso aprobó una ley que obliga a ByteDance a vender o ver suspendida la operación de TikTok en territorio estadounidense. Trump ha dilatado sistemáticamente el cumplimiento mediante órdenes ejecutivas, y la más reciente prorrogó el plazo hasta el 17 de septiembre, sin que se hayan aplicado sanciones durante este periodo, según confirmó la portavoz Karoline Leavitt.

Este enfoque pragmático, sin embargo, ha generado críticas legales. Aunque no se ha presentado un recurso judicial contra estas extensiones, la acumulación de órdenes ejecutivas ha sido cuestionada por expertos como una interpretación extremadamente amplia del poder presidencial, especialmente al suspender las disposiciones de una ley aprobada por el Congreso.

El escenario también adquiere relevancia política: la apertura de terreno para compradores estadounidenses —incluso si ByteDance mantiene cierto control— permite a Trump proyectar una narrativa de neutralización estratégica sin levantar un veto total. Una fórmula híbrida que, de consumarse, permitiría a la plataforma seguir operando mientras el gobierno mantiene cierto control indirecto sobre su destino.

En síntesis, EE. UU. sigue en modo de espera: el reloj corre, pero no sanciona. Si surge un comprador viable y aceptable, TikTok podría permanecer, aunque bajo condiciones que, por ahora, solo se vislumbran en generalidades.

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