Por: Redacción El Censal | Xalapa, Veracruz | 16 de julio 2025
El estado de Veracruz vivió una jornada inesperada de glamour y proyección internacional con la visita de Salma Hayek y Angelina Jolie, dos de las figuras más influyentes del cine global. La presencia de ambas actrices, que llegaron en vuelo privado y fueron recibidas por Xóchitl Molina, secretaria de Cultura estatal, fue más que un gesto diplomático: se trató de una reivindicación simbólica del potencial de Veracruz como destino de lujo, identidad y sofisticación.
El itinerario comenzó con un desayuno en el Gran Café de La Parroquia, emblema de la tradición local, donde ambas actrices compartieron una mesa discreta mientras degustaban especialidades regionales: huevos tirados, café lechero servido con el característico golpeteo del vaso, y la bomba de nata, una delicia que Salma describió como “inolvidable”.
No obstante, fue el siguiente movimiento logístico el que generó titulares: su traslado en helicóptero hacia la región de Catemaco, una zona conocida por su misticismo, su biodiversidad y sus prácticas ancestrales de sanación. El uso del transporte aéreo, considerado por algunos como un exceso, provocó críticas sobre el manejo de recursos públicos. Sin embargo, desde una perspectiva de diplomacia cultural y promoción turística, el episodio funcionó como un escaparate global para los encantos ocultos de Veracruz.
Ya en Catemaco, Hayek y Jolie exploraron paisajes selváticos, visitaron curanderos locales y se sumergieron en los rituales que han dado a esta región fama internacional. La conexión entre tradición y exclusividad fue, sin duda, uno de los pilares de esta experiencia.
“Solo la traje a pasear para que vea que solo Veracruz es bello”, declaró Salma Hayek con una mezcla de orgullo veracruzano y hospitalidad cosmopolita, reafirmando su papel como embajadora cultural de México ante el mundo.
Veracruz como enclave de turismo de élite
La visita ha abierto una conversación importante: ¿está Veracruz preparado para posicionarse entre los destinos de lujo en México, al nivel de San Miguel de Allende, Valle de Bravo o Costalegre? La respuesta está en la capacidad de ofrecer experiencias auténticas en un marco de hospitalidad de alto nivel. Boca del Río, Tlacotalpan, el puerto de Veracruz y los rincones ocultos de la Huasteca poseen no solo belleza natural, sino también una riqueza cultural que puede ser traducida en itinerarios curados para viajeros exigentes.
Empresarios, inversores y celebridades buscan hoy algo más que suites de cinco estrellas: desean narrativas con sentido, acceso exclusivo y conexión emocional con el entorno. Veracruz tiene los elementos —paisaje, historia, gastronomía, arte, música—, solo requiere visión estratégica, alianzas público‑privadas e infraestructura que acompañe ese nuevo estándar.
