Ciudad de México, 13 de septiembre de 2025. – La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos al jitomate mexicano ya se deja sentir fuerte en los mercados locales: durante agosto los precios cayeron 11.46 % mensual, la mayor baja para ese mes desde 2012, de acuerdo con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) del INEGI.
¿Qué pasó exactamente?
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En julio, las exportaciones de jitomate fresco mexicano a Estados Unidos se redujeron 17.4 % en comparación con el mismo mes del año anterior, alcanzando los 190.6 millones de dólares, según datos del Banco de México.
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El arancel aplicado es de tipo antidumping con una tasa de 17.09 %, desde que Estados Unidos decidió terminar el Acuerdo de Suspensión de 2019.
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Con el arancel activo, hay más jitomate disponible en el mercado nacional —porque menos se exporta— lo que eleva la oferta interna y presiona los precios a la baja.
Impacto inmediato para los consumidores
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En la Ciudad de México, el jitomate saladette pasó de costar aproximadamente 48.75 pesos por kilo a 33 pesos.
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El jitomate bola también sufrió ajuste: bajó de unos 60 pesos por kilo a 52.50 pesos.
Consecuencias para productores y exportadores
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Los productores mexicanos que dependen de exportar parte de su producción verán menores ingresos por ese mercado.
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Algunos han comenzado a explorar precios mínimos de exportación, lo que significa que quien exporte deberá pagar entre 0.88 y 1.70 dólares por kilo como parte del costo obligatorio para poder sacar producto al extranjero.
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Estados como Sinaloa están especialmente afectados, pues concentran gran parte de producción exportable de jitomate.
Perspectivas y retos
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Si la medida arancelaria se mantiene, es probable que la caída de precios siga algunos meses más, especialmente durante temporada alta de cosechas, lo que puede afectar la rentabilidad de los productores.
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Podría generarse un cambio en la estrategia productiva: algunos cultivadores podrían reducir la superficie sembrada de jitomate o variar cultivos hacia los que tengan menor vulnerabilidad a aranceles o mercados internacionales.
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También está el riesgo de pérdidas de empleo tanto en producción como en actividades asociadas (transporte, empaque, comercialización) si la exportación sigue deprimida.