Rosy Wendoli Carrillo Ovando
Economista, especialista en comercio exterior y maestra en economía ambiental. Candidata a doctora en Ciencias Administrativas y Gestión para el Desarrollo. Docente en la Facultad de Economía de la Universidad Veracruzana. Líneas de investigación: desigualdad económica, complejidad económica, desarrollo sustentable y economía ambiental.
Contacto: roscarrillo@uv.mx
A propósito de las protestas en Los Ángeles por las deportaciones masivas, hablemos de la migración. El análisis de la migración es muy relevante ya que contribuye significativamente a la dinámica demográfica, la diversidad cultural, el desarrollo económico, entre otros. La migración existe desde los inicios de nuestra historia, los motivos han sido diversos: ambientales, naturales, políticos, sociales y económicos.
Actualmente, sigue siendo uno de los grandes temas de discusión tanto en los países de origen como en los de destino por los desafíos que esta implica. El incremento significativo de la migración en las últimas décadas, la migración irregular, la integración social y económica de los migrantes en el país receptor y la discriminación hacia los migrantes, por mencionar los más relevantes.
Se ha observado en los últimos días descontento y protestas por las deportaciones masivas implementadas bajo la nueva política migratoria de Estados Unidos. Aproximadamente 142000 personas han sido deportadas a diversos países, especialmente de América Latina como México, Guatemala, Honduras y El Salvador.
Esto ha dado lugar a diversas respuestas de los países afectados. Especialmente la respuesta latinoamericana fue en el sentido que se respete el derecho internacional y los derechos humanos, también se le ha dado asistencia a los deportados. Esto plantea un conflicto, sobre todo en países que dependen ampliamente de las relaciones comerciales con Estados Unidos, como proteger los derechos humanos y a la vez evitar rupturas económicas y tensiones políticas.
Los recientes acontecimientos permiten hacer una reflexión más profunda acerca de la migración ¿Es una buena estrategia de desarrollo? o ¿solo es una respuesta a los deficientes modelos económicos?
Es indudable que la migración genera importantes ingresos en forma de remesas para los países latinoamericanos. En el caso de México, en 2023 representaron 63 mil millones de dólares (4% del PIB nacional). Para muchas familias, estas representan mejores condiciones de vida, además de efectos multiplicadores en las comunidades. En el país las entidades que más reciben remesas son Michoacán, Guanajuato y Jalisco. En 2024 estas entidades concentraron el 25% de las remesas recibidas en todo el país. Además, la migración puede tener efectos benéficos en los sectores receptores de mano de obra ya que cubre vacíos donde escasea la mano de obra, diversifica las economías y, en muchos casos, reactiva regiones demográficamente envejecidas.
Sin embargo, tenemos la otra cara de la moneda. La migración masiva generalmente es forzada por diversas problemáticas de origen como la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades. Lo que sugiere que los modelos que se implementan son ineficientes.
Esto genera un circulo viciosa ya que la dependencia de las remesas debilita la acción estatal. En lugar de impulsar políticas activas de desarrollo regional, se podría decir que los gobiernos delegan, la responsabilidad del bienestar a quienes migran. Además, la salida constante de población, especialmente de los más jóvenes, provoca fugas de capital humano, pérdida de fuerza laboral y desarticulación de comunidades.
En los países receptores, el exceso de mano de obra ha favorecido condiciones laborales precarias y ha alimentado discursos xenófobos y proteccionistas. La integración social y económica de los migrantes no siempre es exitosa, y muchos enfrentan informalidad y explotación.
Finalmente, fenómenos como la trata de personas y la corrupción fronteriza muestran cómo la migración también puede ser capturada por intereses ilegales, generando nuevas formas de vulnerabilidad.
La migración no es en sí buena o mala, es el reflejo de diversas dinámicas que deben abordarse con una visión integral. Aplaudir sus beneficios sin reconocer sus costos es ingenuo; condenarla sin entender sus causas es injusto.
Los países latinoamericanos requieren políticas que partan de las características de origen, que se invierta más en las zonas con alto movimiento migratorio, que se fortalezca el empleo local. Que se trabaje por los derechos de aquellos que por necesidad buscan mejores oportunidades más allá de sus fronteras.