El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este fin de semana haber mantenido una conversación telefónica directa con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, un hecho extraordinario que se produce en medio de una intensa escalada de la tensión militar y diplomática entre Washington y Caracas. La inusual comunicación fue confirmada por Trump a bordo del Air Force One, de regreso a la capital estadounidense, luego de que fuera reportada inicialmente por The New York Times citando fuentes anónimas familiarizadas con el asunto, sorprendiendo a la comunidad internacional que ha visto cómo la Casa Blanca ha endurecido su ofensiva contra el régimen bolivariano.
Al ser interrogado por los reporteros sobre si el diálogo había ocurrido, el mandatario estadounidense se limitó a responder: “La respuesta es sí”, pero se negó rotundamente a ofrecer detalles sobre los pormenores de la charla. Interrogado sobre el resultado, Trump optó por la ambigüedad, señalando: “No diría que salió bien ni mal. Fue una llamada telefónica”. La discreción del presidente subraya la delicadeza de la situación, ya que Washington ha mantenido históricamente una política de máxima presión y desconocimiento hacia el gobierno de Maduro.
Según la información no confirmada de la prensa neoyorquina, la llamada se habría centrado en acordar una posible reunión futura entre ambos líderes en Estados Unidos, aunque no se concretó ningún plan específico. Otros reportes han sugerido que la apertura al diálogo podría formar parte de una negociación más amplia, donde se habría discutido la posibilidad de la salida del poder de Maduro o la apertura de los sectores de petróleo y oro venezolano a las compañías estadounidenses, en un giro inesperado de la política exterior.
La conversación, que supuestamente tuvo lugar la semana pasada, se enmarca en un contexto de máxima fricción bilateral. Días antes, el gobierno de Trump había intensificado su presión militar con el despliegue de activos navales en el Caribe, bajo el pretexto de combatir el narcotráfico. Además, el sábado, el presidente lanzó una severa advertencia en su red social Truth Social, indicando que el espacio aéreo venezolano y sus alrededores debían considerarse “cerrados en su totalidad”, lo que fue interpretado por Caracas como una “hostil e inmoral” amenaza a su soberanía nacional. El diálogo directo, por tanto, abre una vía de comunicación que contrasta marcadamente con años de sanciones, acusaciones de narcotráfico y llamadas a un cambio de régimen en Venezuela.






