El Congreso de Estados Unidos ha aprobado un impuesto del 3.5% sobre las remesas enviadas por migrantes indocumentados, lo que equivale a $35 por cada $1,000 transferidos. Esta medida, parte del proyecto de ley “One Big Beautiful Bill”, busca generar ingresos adicionales y reforzar las políticas migratorias del país.
Aunque inicialmente se propuso un gravamen del 5%, la presión de diversos sectores logró reducirlo al 3.5%. Sin embargo, se estima que esta carga fiscal representará un golpe de más de 2,700 millones de dólares anuales para los migrantes mexicanos indocumentados, quienes en 2024 enviaron más de 62,500 millones de dólares a México.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha expresado su rechazo a esta medida y ha instado a los mexicanos en EE.UU. a alzar la voz para evitar su implementación. Además, expertos advierten que este impuesto podría incentivar el uso de canales informales para el envío de dinero, aumentando los riesgos de fraude y robo.
La ley aún debe ser aprobada por el Senado y, de ser ratificada, entraría en vigor el 1 de enero de 2026. Mientras tanto, las autoridades mexicanas continúan trabajando para eliminar completamente este gravamen, argumentando que existe un acuerdo que prohíbe la doble tributación por ser discriminatorio.
