El Senado estadounidense presentó una propuesta dentro del proyecto de ley presupuestario conocido como One Big Beautiful Bill Act, que contempla la aplicación de un impuesto del 1 % a las remesas físicas enviadas a otros países, incluyendo México, a partir del 1 de enero de 2026.
La iniciativa, impulsada por el senador Lindsey Graham (R-Carolina del Norte), sustituye la propuesta anterior que establecía un gravamen de hasta un 15 %
En esta nueva versión, únicamente se gravarán los envíos en efectivo, giros postales y cheques de caja, mientras que las transferencias electrónicas quedarán exentas.
El impuesto deberá ser recaudado por los proveedores de servicios de remesas al remitente y entregado trimestralmente a las autoridades fiscales. En caso de no pagarse al momento del envío, la obligación recaerá en el proveedor.
Esta medida es una respuesta moderada frente a propuestas más severas previas, y busca incentivar el uso de canales digitales para enviar remesas, reduciendo así la carga fiscal sobre las familias que dependen de estos recursos