México inicia la segunda mitad de 2025 con inversión desplomada y consumo estancado

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Por: Redacción El Censal | Xalapa, Veracruz | 3 de octubre de 2025

Inversión y consumo: el motor económico arranca con falencias rumbo al cierre del año

La segunda mitad de 2025 inició con un pulso económico débil en México, en el que los dos pilares del crecimiento —la inversión fija y el consumo privado— aparecen como señales de alerta más que de recuperación. Un panorama que invita a reflexionar sobre las fragilidades estructurales y las oportunidades de rescate para la economía veracruzana y nacional.


🇲🇽 Un arranque tibio para los motores del crecimiento

En julio, la inversión fija bruta registró una caída anual del 7.2 %, acumulando 11 meses consecutivos de contracción. Aunque todavía no alcanza el peor episodio histórico —la racha negativa de 28 meses entre noviembre de 2018 y febrero de 2021— el hecho de mantenerse en zona negativa es un foco de preocupación.

Detrás de esta caída destacan dos componentes:

  • La construcción no residencial retrocedió 17.6 % anual, prolongando 12 meses de descenso acumulado.

  • La maquinaria y equipo también registró contracción: −5.9 % anual para el agregado, con descensos tanto en lo nacional como en lo importado (−11.4 % y −1.5 %, respectivamente).

Respecto al consumo privado del mercado interno, se observó una leve caída de ‑0.1 % anual en julio, tras un avance de 1.1 % en junio; evidenciando una demanda interna errática.

En el desglose por tipo, los bienes nacionales mostraron una caída de ‑2.1 %, mientras los servicios resistieron con un modesto crecimiento de 0.7 %, el más bajo desde marzo de 2021. En contraste, el consumo de bienes importados creció 5.5 %, sumando dos meses al alza tras varios meses de contracción.


Lo que ocurre detrás de los números: retos estructurales

1. Incertidumbre y costos de inversión elevados

El estancamiento en el gasto de capital sugiere que empresas y gobiernos locales perciben riesgos mayores (políticos, regulatorios, fiscales). En estados como Veracruz, con alta dependencia de industria, agroexportación y turismo, el frenado en inversión no residencial puede tener efectos directos en empleo y cadenas productivas locales.

2. Consumo más resistente pero limitado

Mientras el consumo de servicios ha mantenido una leve expansión —lo que ha ayudado a sostener la inflación— el consumo de bienes sigue siendo vulnerable ante choques externos como alza de tasas, presión sobre ingreso real o ajustes en el crédito al consumo.

3. Divergencias regionales y disparidades económicas

Las grandes ciudades o zonas industriales pueden amortiguar mejor los impactos mediante dinámicas de inversión privada. Pero en regiones menos conectadas o con mayor desigualdad (como algunas zonas del interior de Veracruz), la contracción de estos motores puede exacerbar brechas de pobreza y limitaciones de desarrollo local.


¿Y ahora qué? Claves para reactivar el motor estancado

  • Dar certidumbre jurídica y regulatoria: desbloquear proyectos de infraestructura y facilitar permisos puede estimular el gasto de capital, sobre todo en regiones con potencial logístico como el Golfo de México.

  • Políticas focalizadas de estímulo local: subsidios o incentivos fiscales temporales para inversión estatal/local pueden actuar como mecanismos “puente” mientras la inversión privada retoma ritmo.

  • Fortalecer el poder adquisitivo: impulsar empleo formal, revisar niveles de salario mínimo y reorientar programas sociales podrían restituir base de impulso para el consumo interno.

  • Integrar cadenas productivas locales: en el contexto veracruzano, priorizar encadenamientos regionales entre agroindustria, turismo, puertos y logística podría multiplicar cuellos de botella y generar efecto multiplicador.

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