El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó este viernes una orden ejecutiva que elimina los aranceles recíprocos aplicados a una serie de productos agropecuarios, entre los que se encuentran el aguacate, el tomate y la carne de res.
Contexto
Estados Unidos había impuesto aranceles de al menos 10 % a la mayoría de las importaciones desde abril, con incrementos adicionales en agosto para productos provenientes de países con los que EE. UU. mantiene un déficit comercial.
Según el texto de la orden:
“Tras considerar la información y las recomendaciones que me han proporcionado, el estado de las negociaciones con diversos socios comerciales, la demanda interna actual de ciertos productos y la capacidad interna actual para producirlos, entre otros factores, he determinado que es necesario y apropiado modificar aún más el alcance de los productos sujetos al arancel recíproco…”
Impactos sobre México
Las exportaciones mexicanas de aguacate al mercado estadounidense están proyectadas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) para alcanzar los 4 000 millones de dólares en 2025, frente a los 3 787 millones registrados en 2024, lo que representa un aumento de 20.1 % respecto a 2023.
En el caso del tomate, el USDA estima una caída del 7.9 % en valor y del 5 % en volumen para las exportaciones mexicanas al mercado estadounidense en 2025.
En general, las exportaciones mexicanas de productos agroalimentarios muestran una sólida tendencia, con un crecimiento interanual del 13.8 % para las exportaciones en septiembre, alcanzando 56 487.9 millones de dólares, mientras que las importaciones crecieron 15.2 % a 58 887.5 millones de dólares.
Interpretación analítica para Veracruz y México
Para un estado como Veracruz, con una vocación agrícola y participación en cadenas de valor agroalimentarias, esta decisión tiene múltiples implicaciones. La eliminación del arancel mejora la ventaja de exportación de productos mexicanos hacia Estados Unidos, lo que podría traducirse en mayor acceso, volumen y mejores precios para productores veracruzanos.
Aunque la medida abre oportunidades, los productores y exportadores deben estar preparados en términos de logística, calidad, certificaciones e inocuidad para aprovechar plenamente la ventaja competitiva. De lo contrario, podrían quedar rezagados frente a competidores más organizados.
Asimismo, Veracruz puede aprovechar esta coyuntura para diversificar su producción hacia cultivos que se beneficien de menores barreras arancelarias, diferenciando su oferta en segmentos como el aguacate premium o el tomate de especialidad.
Sin embargo, también existe el riesgo de una concentración excesiva en ciertos productos, lo que podría volver a la economía local vulnerable a choques de precios o de demanda externa. La caída prevista en las exportaciones de tomate debe interpretarse como una advertencia sobre esa fragilidad estructural.
El incremento en la demanda estadounidense también podría generar presión sobre los productores primarios. Por ello, es fundamental fortalecer la inserción de los actores regionales —agricultores, cooperativas y empacadoras— en las etapas de valor agregado, de manera que capturen una mayor proporción del ingreso generado por la exportación.
La decisión de Donald Trump de eliminar los aranceles sobre productos agropecuarios representa una oportunidad real para México y para estados agrícolas como Veracruz. No obstante, para que el impacto se traduzca en desarrollo regional, es indispensable contar con una estrategia integral: fortalecimiento de la cadena de valor, mejora en calidad y certificaciones, acceso eficiente a mercados y diversificación productiva.
La apertura comercial, por sí sola, no garantiza beneficios duraderos; exige preparación, inversión y coordinación entre productores, gobiernos locales y empresas exportadoras.







