EE. UU. y China anunciaron lo que describen como un “acuerdo inicial” en su prolongada confrontación comercial, aunque más bien es una tregua temporal y no una reforma estructural del conflicto arancelario. El presidente Donald Trump presentó este gesto diplomático como un logro destacado, pero analistas lo califican como un marco preliminar sin obligaciones vinculantes.
¿Qué significa este camino para México?
Beneficios actuales
México ha sido uno de los máximos beneficiarios de la guerra comercial, al actuar como alternativa segura a China. Desde los aranceles de hasta el 145 % a productos chinos, las importaciones estadounidenses desde México subieron 38 %, mientras que las provenientes de China cayeron 35 %, y en 2024 México atrajo más de 35 000 millones de USD en inversión extranjera directa ligada al nearshoring.
Gracias al T-MEC, México evitó muchos de los gravámenes penalizantes y consolidó su cadena de suministro hacia EE. UU., fortaleciendo sectores como electrónica, autopartes y electrodomésticos.
Riesgos latentes
Este impulso no ha sido uniforme. La incertidumbre global ha frenado algunos proyectos, y sectores como el textil compiten aún con Asia. Además, la falta de infraestructura eficiente, seguridad jurídica y recursos humanos limitan el crecimiento sostenido.
¿Una tregua temporal con repercusiones inmediatas?
El acuerdo contempla algunos alivios estratégicos: China reanudirá exportaciones de tierras raras y componentes magnéticos y EE. UU. permitirá el regreso de estudiantes chinos, con efectos positivos en industrias como la de vehículos eléctricos y defensa. No obstante, la mayor parte de los aranceles —promedio de 55 % para productos chinos— sigue vigente.
Lo que México debe hacer para mantener su ventaja
Para consolidar su posición ventajosa, el columnista Eduardo Ruiz‑Healy destaca la urgencia de atender cuatro frentes clave:
Infraestructura logística, incluyendo el avance efectivo del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
Seguridad, para garantizar condiciones estables a la inversión.
Certeza jurídica, un pilar fundamental para los inversionistas extranjeros.
Capital humano, con capacitación y habilidades alineadas a la industria moderna