Por: Redacción El Censal | Xalapa, Veracruz | 22 de agosto de 2025
El gobierno federal ha girado tres órdenes de exploración geológica para localizar y estudiar yacimientos de minerales estratégicos —cobre, oro, plata, plomo, zinc, molibdeno y tungsteno— en los estados de Sonora, Sinaloa, Durango y el Estado de México. Las acciones, encabezadas por el Servicio Geológico Mexicano (SGM), representan un viraje político: el Estado retoma el liderazgo en la búsqueda y planificación de sus recursos minerales, con miras a fortalecer la soberanía energética, la innovación tecnológica y la economía regional.
Esta exploración no otorga concesiones ni derechos de extracción, sino que busca generar datos precisos para una política minera de largo plazo. En un contexto internacional marcado por la transición energética y la relocalización industrial, los minerales estratégicos se han convertido en insumos críticos para sectores clave: energías limpias, telecomunicaciones, defensa, transporte y manufactura avanzada. La demanda global, encabezada por Estados Unidos, China y la Unión Europea, ha intensificado la carrera por asegurar cadenas de suministro estables y políticamente viables.
Veracruz en el radar: entre la omisión y la oportunidad
Aunque Veracruz no figura entre los estados seleccionados en esta primera fase, el anuncio federal abre un espacio para reconsiderar su papel en el nuevo mapa minero. La entidad cuenta con yacimientos subexplorados, condiciones logísticas portuarias y una ubicación geopolítica estratégica para el comercio regional.
Según especialistas en economía territorial y minería, la clave está en anticiparse. Mientras otras entidades ya reciben órdenes del SGM, Veracruz puede preparar un portafolio técnico y ambiental que justifique su inclusión futura, maximizando los beneficios del nuevo modelo de exploración estatal. Esto incluye levantamientos geofísicos regionales, inventarios de suelos y una coordinación activa con instituciones federales.
La reforma a la Ley Minera de 2023 establece que el Estado —a través del SGM— tiene el control exclusivo sobre la exploración de minerales estratégicos. Veracruz, si busca integrarse a esta ruta, deberá activar una diplomacia técnica y territorial: estudios geológicos preliminares, gobernanza ambiental sólida y mecanismos de diálogo comunitario.
Economía regional con visión federal
La visión detrás de esta política no es solamente técnica, sino territorial. En lugar de esperar inversiones privadas sin control, el modelo estatal prioriza información pública, planeación estratégica y sustentabilidad. Esto podría corregir décadas de minería desarticulada, ambientalmente agresiva y escasamente redistributiva. La experiencia internacional —incluyendo casos recientes en Chile, Canadá y Noruega— muestra que la planificación desde el Estado es un factor crítico para evitar capturas regulatorias y maximizar beneficios para las comunidades locales.
Para Veracruz, esta es una invitación a repensar su inserción en la economía minera sin repetir errores del pasado. Con los recursos del T-MEC y la atención de Estados Unidos y Canadá en cadenas de valor regionales de minerales críticos, los estados con capacidad institucional e información técnica podrían convertirse en nodos industriales y logísticos clave. La ventaja competitiva no radica solo en los recursos naturales, sino en la calidad de la información geológica, la estabilidad normativa y la gobernabilidad social del territorio.
¿Qué puede hacer Veracruz?
Impulsar zonas prioritarias: Identificar regiones con potencial geológico y baja conflictividad social.
Alianza institucional: Coordinarse con el SGM, la Secretaría de Economía y las universidades locales para diseñar un portafolio de exploración.
Marco ambiental y social: Preparar protocolos con enfoque en consulta indígena, equidad de género y sostenibilidad hídrica.
Narrativa regional: Posicionar a Veracruz como aliado técnico y confiable en la política federal de minerales críticos.