El conflicto entre Irán e Israel podría tener repercusiones significativas para la economía global y, en particular, para México, según advirtió el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF). Entre los principales riesgos identificados están el encarecimiento del petróleo, la presión inflacionaria y la posible disrupción de cadenas globales de suministro.
La escalada en Medio Oriente ya ha provocado alzas en los precios internacionales del crudo. Esto podría traducirse en mayores costos energéticos para México, dado que una parte del consumo interno se cubre con importaciones. Además, el aumento en combustibles podría presionar al alza los precios de productos y servicios, dificultando aún más el proceso de desaceleración inflacionaria que el Banco de México ha venido gestionando.
El IMEF también advirtió que este entorno externo volátil obliga a tomar decisiones con cautela en materia de política monetaria. Por otro lado, señaló que se mantiene una expectativa de crecimiento moderado para la economía mexicana, aunque sujeto a riesgos derivados tanto del contexto internacional como del proceso de transición gubernamental.