La inflación al productor en México, medida por el Índice Nacional de Precios al Productor (INPP), registró una tasa anual de 4.89 %, marcando una desaceleración por cuarto mes consecutivo. En mayo, esta cifra había sido de 6.38 %, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)
En términos mensuales, el INPP –que incluye al menos el sector energético– presentó una disminución de 0.07 %, debido principalmente a la baja en precios de productos agropecuarios, que descendieron 3.44 % respecto al mes anterior .
Detalle sectorial
La inflación en el sector primario (agropecuario) se redujo notablemente, de 13.29 % en junio de 2024 a 2.08 % en junio de 2025
La estructura del INPP muestra que el índice de bienes intermedios, que incluye al petróleo, creció 5.10 % anual, mientras que el de bienes finales aumentó 4.82 %
El petróleo, insumo con mayor aumento
Entre los productos que más incrementaron su costo para los productores en junio, destaca el petróleo con un alza de 8.67 % en comparación con el mes precedente. Le siguieron la papa (+8.25 %), transporte aéreo de pasajeros (+8.11 %), plata (+7.78 %) y gas natural (+2.67 %).
En contraste, productos como limón (-30.67 %), chiles frescos (-13.38 %), aves (-12.52 %) y jitomate (-6.16 %) se registraron entre los de mayor caída.
Interpretación económica
La desaceleración acumulada de la inflación al productor sugiere un entorno más favorable para la reducción de presiones de costos en el sector productivo. Sin embargo, el encarecimiento del petróleo constituye un desafío relevante para la industria, minería, transporte y energía, al incrementar los costos operativos.
El comportamiento mensual negativo —una baja mínima del 0.07 %— proporciona un respiro, no obstante, la estabilidad futura dependerá de cómo evolucionen los precios del petróleo y otros insumos energéticos. El reto clave será equilibrar la contención de costos sin afectar el crecimiento del sector productivo.
Perspectivas a mediano plazo
Si bien la tendencia actual es favorable, mantener la inflación al productor en niveles controlados requerirá políticas públicas para moderar los precios energéticos y fortalecer la competitividad industrial. Además, será crucial diversificar la matriz de insumos de las empresas mexicanas y fomentar inversiones en eficiencia energética.