Ciudad de México, 21 de agosto de 2025. – La inflación subyacente en México se ha convertido en el principal factor de debate dentro del Banco de México (Banxico). Aunque el banco central recortó nuevamente su tasa de referencia en 25 puntos base, llevándola a 7.75 %, la persistencia de las presiones inflacionarias de fondo genera posiciones encontradas al interior de la Junta de Gobierno.
Inflación subyacente: el núcleo del debate
La inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles como los de energía y alimentos frescos, es considerada por Banxico el indicador clave para medir las presiones de mediano plazo. En julio, mientras la inflación general descendió a 3.51 % anual, la subyacente se mantuvo elevada en torno al 4.2 %, reflejando rigidez en los precios más estructurales.
Este comportamiento ha llevado a que, tras varios recortes de 50 puntos base en meses anteriores, Banxico optara por un paso más cauteloso, aplicando recortes de 25 puntos base en sus dos últimas reuniones.
División en la Junta de Gobierno
Las minutas de la reunión de agosto revelan un voto disidente: el del subgobernador Jonathan Heath. Su postura se centra en que los descensos recientes en la inflación general se deben a factores transitorios y no a una mejora estructural. Heath argumenta que se ha subestimado la persistencia de la inflación subyacente y sugirió incluso considerar una pausa en el ciclo de recortes.
El resto de los integrantes de la Junta respaldó la reducción, aunque coincidieron en que el entorno exige prudencia y vigilancia sobre los precios de servicios, vivienda y alimentos procesados, los cuales continúan presionando la inflación subyacente.
Expectativas sobre la política monetaria
Desde marzo de 2024, cuando la tasa de interés se ubicaba en 11.25 %, Banxico ha recortado el costo del dinero de forma gradual. Analistas del sector financiero prevén que el ciclo continúe en septiembre con otro recorte de 25 puntos base, siempre y cuando la inflación subyacente muestre señales claras de moderación.
No obstante, persisten riesgos: un repunte de precios energéticos, ajustes cambiarios o nuevas presiones de demanda podrían obligar al banco central a frenar la relajación monetaria.
Economía mexicana entre inflación y crecimiento
La estrategia de Banxico busca equilibrar dos objetivos: consolidar la baja de la inflación hacia la meta de 3 %, y al mismo tiempo estimular la actividad económica, que ha mostrado signos de desaceleración en el segundo semestre de 2025.
El reto es mantener la credibilidad del banco central frente a mercados e inversionistas. Una reducción demasiado rápida de las tasas podría reavivar la inflación subyacente, mientras que un exceso de cautela podría limitar la recuperación económica.
La persistencia de la inflación subyacente mantiene dividida a la Junta de Gobierno de Banxico y modera el ritmo de recortes a la tasa de interés. Mientras la inflación general ofrece cierto respiro, las presiones en precios estructurales obligan al banco central a actuar con cautela. El escenario apunta a un recorte adicional en septiembre, condicionado a que la inflación subyacente muestre señales firmes de convergencia hacia la meta.