Xalapa, Veracruz — Octubre de 2025.
Las recientes inundaciones que devastaron amplias zonas del norte y centro de Veracruz han dejado un saldo no solo humano, sino también económico de grandes proporciones. De acuerdo con estimaciones elaboradas por El Censal, las pérdidas totales podrían ascender a entre 6,400 y 18,000 millones de pesos, equivalentes a hasta 1.7 % del PIB estatal.
Las lluvias, provocadas por los remanentes de los sistemas tropicales Priscilla y Raymond, desbordaron ríos como el Cazones y afectaron municipios como Poza Rica, Álamo, Papantla y Tuxpan. Miles de viviendas resultaron anegadas y al menos 30 000 familias perdieron parte o la totalidad de su patrimonio.
Golpe a los sectores productivos
El impacto económico se sintió con fuerza en los sectores comercial y automotriz.
Siete distribuidoras de vehículos reportaron daños severos en infraestructura e inventarios, mientras miles de PYMEs suspendieron operaciones por la falta de energía, transporte y suministros.
El sector agrícola también enfrenta pérdidas significativas en cultivos de maíz, cítricos y plátano, estimadas en más de mil millones de pesos, lo que afectará el ingreso de miles de familias rurales.
Infraestructura colapsada y costos de reconstrucción
La SICT reportó más de 90 kilómetros de carreteras dañadas y varios puentes con afectaciones estructurales.
Los costos de rehabilitación y drenaje urbano podrían superar los 2,000 millones de pesos.
En Xalapa y Poza Rica, Protección Civil desplegó maquinaria y brigadas de rescate, mientras la gobernadora Rocío Nahle García coordinó el envío de alimentos e insumos médicos a las zonas más afectadas.
Sheinbaum promete recursos ilimitados
Durante su visita a Poza Rica, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció que el Gobierno Federal dispondrá de “recursos ilimitados” para apoyar a los damnificados.
El objetivo es acelerar la reconstrucción sin los obstáculos administrativos que caracterizaban al extinto FONDEN.
Sin embargo, expertos advierten que el éxito dependerá de la transparencia en la asignación y ejecución de los fondos, así como de una planeación técnica que priorice zonas críticas.
Lecciones económicas y resiliencia futura
El desastre revela una constante: Veracruz sigue careciendo de una política integral de gestión del riesgo.
La urbanización irregular, el déficit en drenaje pluvial y la falta de seguros amplifican los efectos de cada evento climático extremo.
De acuerdo con el análisis de El Censal, cada peso invertido en prevención puede ahorrar hasta seis en reconstrucción.
La reforestación de cuencas, las obras hidráulicas y los seguros catastróficos deben convertirse en pilares de una estrategia estatal de resiliencia.
El reto: reconstruir con visión de futuro
Más allá de las cifras, las inundaciones de octubre de 2025 marcan un punto de inflexión para la economía veracruzana.
Coordinar recursos, promover créditos blandos y reconstruir con criterios de sostenibilidad permitirá transformar la tragedia en una oportunidad para redefinir el desarrollo regional.
El desafío no es solo reconstruir lo perdido, sino construir lo que nunca debió faltar: infraestructura segura, planeación urbana sustentable y una economía preparada para resistir los embates del clima.