Una nueva investigación de la University of Bath arroja evidencia contundente sobre el papel del mindfulness como impulsor del ejercicio físico. El estudio, recientemente citado por redes especializadas en bienestar y publicado en medios como revistasaludmental.gob.mx, muestra que al combinar una aplicación de meditación consciente con un programa de seguimiento de pasos, los participantes lograron niveles de actividad física significativamente más altos que quienes solo usaron el contador de pasos.
El experimento involucró a 109 adultos considerados inactivos físicamente, a quienes se les propuso una meta diaria de 8,000 pasos. Sin embargo, al integrar sesiones diarias de mindfulness a través de una app gratuita desarrollada junto con la organización Medito, los participantes aumentaron su promedio semanal de ejercicio de 297 minutos (grupo control) a 373 minutos (grupo con mindfulness).
La clave: motivación interna
Más allá del aumento cuantitativo en minutos de actividad, el hallazgo más relevante del estudio es el tipo de motivación que se generó. El grupo que practicó mindfulness reportó niveles más altos de motivación intrínseca, es decir, la voluntad de ejercitarse por gusto, bienestar personal y autocuidado, no por obligación externa.
Este factor es determinante para el mantenimiento de hábitos saludables a largo plazo. Mientras los recordatorios de pasos pueden tener efectos positivos inmediatos, el mindfulness parece actuar como un catalizador profundo que cambia la relación de las personas con su cuerpo, su tiempo y su salud.
Herramientas accesibles, impacto tangible
Una ventaja significativa del estudio es que utilizó herramientas totalmente gratuitas y accesibles, eliminando barreras económicas para la implementación de estas prácticas. La app desarrollada en colaboración con Medito incluye meditaciones guiadas cortas, prácticas de atención a la respiración y ejercicios para cultivar la autocompasión y la conciencia corporal.
Esto refuerza la viabilidad de escalar programas similares en sistemas de salud pública, empresas o comunidades que buscan mejorar el bienestar físico y mental sin altos costos.
Salud física y mental: dos caras de la misma moneda
El creciente cuerpo de investigaciones sobre mindfulness —ahora integrado también en contextos como productividad empresarial, salud escolar y terapias psicológicas— demuestra que su práctica regular no solo reduce el estrés y la ansiedad, sino que modifica comportamientos físicos clave, como el ejercicio o la alimentación.
Este estudio británico lo confirma: la atención plena no solo calma la mente, sino que activa el cuerpo, mejora la relación con el movimiento y convierte el autocuidado en una práctica sostenida.
Un impulso global hacia hábitos más conscientes
Con la creciente popularidad de las apps de bienestar y los dispositivos de monitoreo físico, este tipo de hallazgos posicionan al mindfulness como un puente entre la intención y la acción, integrando cuerpo y mente en una misma ruta de salud. En un mundo acelerado y sedentario, combinar conciencia y movimiento podría ser una de las estrategias más simples y poderosas para transformar nuestra calidad de vida.