Ciudad de México, 11 de agosto de 2025 — El nuevo Plan Estratégico 2025-2035 de Petróleos Mexicanos (Pemex), impulsado por el gobierno federal, podría elevar de forma significativa los riesgos financieros para los bancos de desarrollo mexicanos, advirtió la agencia calificadora Moody’s.
La estrategia, presentada la semana pasada por la presidenta Claudia Sheinbaum, busca sanear las finanzas de la petrolera mediante un paquete integral de financiamiento por 250 mil millones de pesos, que incluye recursos de la banca de desarrollo, capital privado y emisión de deuda internacional por hasta 12 mil millones de dólares. El objetivo: reducir la deuda, fortalecer la operación, aumentar la producción y alcanzar autosuficiencia fiscal en 2027.
Riesgo de concentración en la banca estatal
En su análisis, Moody’s advirtió que Nacional Financiera (Nafin) y el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) serían las instituciones más expuestas al plan. Actualmente, los créditos vinculados a Pemex representan el 24 % del capital tangible común (TCE) de Nafin y el 8 % del de Bancomext. Bajo el nuevo esquema, esta proporción podría incrementarse hasta el 70 % del TCE, un nivel muy superior al promedio de la banca comercial, que ronda el 10 %.
Aunque las operaciones estarían respaldadas por garantías del gobierno federal —lo que reduce la necesidad de provisiones y amortigua el riesgo de impago—, Moody’s enfatizó que la alta concentración crediticia eleva la vulnerabilidad de estas instituciones ante cualquier incumplimiento o desviación del plan.
El plan y sus metas
La hoja de ruta de Pemex contempla:
- Reducción de deuda a 77,300 millones de dólares para 2030.
- Incremento de producción de crudo a 1.8 millones de barriles diarios.
- Ampliación de la producción de gas natural.
- Mejora del perfil crediticio para obtener financiamiento a menor costo.
El Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) será el encargado de administrar el nuevo vehículo financiero, que canalizará los recursos a proyectos estratégicos de exploración, infraestructura y pago a proveedores.
Ejecución: el punto crítico
Para la calificadora, la clave del éxito radica en una ejecución oportuna y eficaz. “El plan puede mejorar la posición financiera de Pemex y mitigar riesgos inmediatos, pero si los proyectos no se implementan según lo previsto, la presión sobre la petrolera y sus acreedores persistirá”, señala el informe.
Especialistas del sector coinciden en que la magnitud del financiamiento podría ofrecer un alivio temporal, pero subrayan que la sostenibilidad dependerá de la capacidad de Pemex para aumentar ingresos y contener costos operativos.
Opiniones del mercado
Algunos analistas, como Víctor Gómez, economista en jefe de Finamex, ven el plan como “un paso necesario, pero condicionado al desempeño operativo y a la disciplina fiscal del gobierno”. Otros, como Amin Vera, estratega de Invala Family Office, advierten que el rescate, aunque positivo para acreedores y proveedores, implica un aumento en la deuda pública que podría repercutir en la calificación crediticia soberana.
Implicaciones más amplias
El plan también es observado de cerca por las agencias internacionales, dado que Pemex es la empresa estatal más endeudada del mundo y uno de los principales emisores en mercados globales. Una mejora en sus finanzas fortalecería la confianza de inversionistas, mientras que un tropiezo podría afectar no solo a la petrolera, sino también a las finanzas públicas mexicanas y al sistema bancario estatal.