El expresidente y actual aspirante republicano, Donald Trump, renovó su enfrentamiento público con Elon Musk, sugiriendo que se estudie la posibilidad de deportar al magnate, a pesar de su nacionalidad estadounidense, tras las críticas del CEO de Tesla y SpaceX al proyecto fiscal conocido como One Big Beautiful Bill.
Trump argumentó que Musk está “enfadado” por la eliminación de incentivos a los coches eléctricos y “puede perder mucho más”, deslizando que, sin esos subsidios, podría “cerrar la tienda y volver a Sudáfrica”. En una breve declaración, añadió: “Lo miraré”, al ser cuestionado si consideraría su deportación.
Por su parte, Musk respondió en su red Social X con mesura: “So tempting to escalate this. So, so tempting. But I will refrain for now” —con un mensaje que subraya el riesgo de escalar las tensiones.
Este nuevo capítulo intensifica la ruptura entre ambos personajes, cuya relación previamente cercana había consolidado iniciativas como el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). La disputa ya generó repercusiones económicas: las acciones de Tesla han caído entre el 4 % y el 6 % en los días recientes, producto del nerviosismo entre inversionistas.
En el centro del conflicto está la disputa por el proyecto fiscal, que contempla —entre otros puntos— eliminar créditos para vehículos eléctricos y revisar subsidios gubernamentales, generando una tensión que impacta tanto en el plano político como en el mercado.