El consumo de los hogares en México continúa mostrando señales de debilidad, al registrar en abril de 2025 su quinta caída consecutiva. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Indicador Oportuno del Consumo Privado (IOCP) disminuyó 1.1% a tasa anual, reflejando una contracción sostenida desde finales de 2024.
Este indicador, que representa aproximadamente dos tercios del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, es crucial para evaluar el bienestar económico de la población, ya que refleja la capacidad de los hogares para adquirir bienes y servicios. La caída observada sugiere una disminución en el poder adquisitivo y una mayor cautela en el gasto de las familias mexicanas.
A nivel mensual, el IOCP también mostró una disminución de 0.09% en abril, marcando dos meses consecutivos de retrocesos. Esta tendencia se da en un contexto de desafíos económicos, incluyendo un mercado laboral débil, inseguridad pública, altas tasas de interés, presiones inflacionarias y una elevada incertidumbre, factores que, según Banco Base, continúan afectando negativamente el consumo.
Grupo Financiero BASE mantiene una proyección de crecimiento del consumo privado de apenas 1.2% para 2025, significativamente menor al 2.7% registrado en 2024. De concretarse esta estimación, implicaría una desaceleración notable del principal componente del PIB, aumentando la probabilidad de una recesión económica en el país durante este año.
El IOCP se compone principalmente de dos categorías: bienes y servicios de origen nacional, y bienes importados. Los primeros incluyen productos y servicios producidos en México, como alimentos, ropa, atención médica y educación. Los bienes importados abarcan productos elaborados en el extranjero, como electrónicos y automóviles. La contracción en el consumo afecta a ambos componentes, reflejando una disminución generalizada en la demanda interna.
La contracción del consumo de los hogares a nivel nacional tendrá un impacto directo y relevante sobre la economía de Veracruz por varias razones estructurales y regionales.
Veracruz tiene una fuerte dependencia del consumo interno, especialmente en sectores como el comercio minorista, alimentos, servicios personales y mercados tradicionales. La disminución del gasto de las familias se traducirá en menores ingresos para miles de pequeños negocios, tianguis, mercados municipales y empresas familiares, que son el corazón económico de muchas comunidades veracruzanas.
Con el consumo debilitado y la incertidumbre económica, las familias veracruzanas pueden postergar decisiones de gasto importantes como comprar vivienda, automóviles o bienes duraderos.
Si la tendencia nacional se mantiene, Veracruz podría enfrentar un escenario de bajo crecimiento económico en 2025, especialmente si no se compensa con inversión pública, infraestructura o impulso a las exportaciones.