El gobierno estatal de Veracruz está trabajando activamente en la regularización de adeudos históricos con el SAT y el ISSSTE, correspondientes a entregas atrasadas y compromisos heredados de administraciones pasadas, como parte de un plan integral de saneamiento financiero.
En abril de 2025, la gobernadora Rocío Nahle García anunció que el estado inició el pago del adeudo fiscal con el SAT mediante un esquema de diez pagos mensuales, del cual ya se han completado cuatro abonos. El primer desembolso, por un monto de 2,800 millones de pesos, se efectuó el 15 de abril de este año sin incurrir en contratación de nueva deuda pública ni comprometer los recursos destinados a servicios básicos.
Este mecanismo se gestó mediante una mesa de trabajo con autoridades del SAT, respaldada por el gobierno federal y la presidenta Claudia Sheinbaum, bajo un acuerdo donde además Veracruz se adhirió al programa “Deudor Cumplido” del SAT. Este esquema permite al estado acceder a incentivos como la devolución parcial de pagos como fondo revolvente, lo que facilita la continuidad de las finanzas estatales sin elevar la carga fiscal de los ciudadanos.
La administración explicó que estos montos corresponden a obligaciones acumuladas desde las gestiones de Fidel Herrera, Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes, cuyos saldos han continuado creciendo por la acumulación continua de intereses. La administración anterior (de Cuitláhuac García) solo asumió los compromisos relativos a su propio periodo, pero no redujo el pasivo histórico.
Además del SAT, el gobierno estatal también trabaja en la regularización de adeudos ante el ISSSTE, que datan principalmente de prestaciones sociales incumplidas en sectores como salud y educación. Aunque no se han detallado los montos específicos, se ha confirmado que este rubro forma parte del plan de recuperación financiera global.
La estrategia de saneamiento se realiza sin comprometer el funcionamiento de servicios públicos ni alterar el presupuesto ordenado para áreas prioritarias. La gobernadora enfatizó que la disciplina fiscal y una administración eficiente han hecho posible este esquema, que pretende detener el efecto bola de nieve de los intereses y recargos, y destinarlos de forma responsable al pago de la deuda.
El objetivo es culminar el pago total al SAT en diez meses, mediante pagos mensuales sin incurrir en nuevas obligaciones, y avanzar en paralelo con las negociaciones con el ISSSTE. Este compromiso busca restablecer la confianza de los acreedores y mejorar la salud financiera del estado, generando una base más sólida para el manejo de las finanzas públicas.