Durante una audiencia reciente en el Capitolio, el senador republicano Marco Rubio lanzó una seria advertencia sobre la situación política y de seguridad en México, destacando un preocupante aumento de la violencia con tintes políticos en el país vecino. Rubio, conocido por su enfoque en temas de seguridad nacional y relaciones exteriores, expresó su inquietud por el papel creciente que juega el crimen organizado en los procesos democráticos y en la vida política de México.
En su intervención, Rubio afirmó que la violencia política en México ya no puede considerarse un fenómeno aislado ni exclusivo de regiones específicas, sino que ha alcanzado una magnitud alarmante, con consecuencias que podrían extenderse más allá de sus fronteras. “La violencia política en México es real y está creciendo. Es un asunto que debe tomarse con mucha seriedad”, dijo el senador por Florida, subrayando que esta situación representa un riesgo no solo para la estabilidad interna de México, sino también para la seguridad nacional de Estados Unidos.
El senador hizo referencia a la intensificación de los ataques dirigidos contra funcionarios, candidatos y colaboradores políticos en plena campaña electoral. Muchos de estos actos, según él, se han atribuido a organizaciones criminales que buscan influir en los resultados electorales o ejercer control territorial. En este contexto, Rubio advirtió que el crimen organizado no solo desafía al Estado mexicano, sino que ha comenzado a interferir directamente en la toma de decisiones políticas.
A pesar de este sombrío panorama, Rubio reconoció que el gobierno mexicano ha mostrado señales de querer enfrentar a los cárteles y contener la violencia. Sin embargo, también sugirió que los esfuerzos actuales no son suficientes, y urgió al gobierno de Estados Unidos a mantenerse vigilante y cooperar más estrechamente con las autoridades mexicanas.
“El impacto de esta violencia no puede subestimarse. México es nuestro vecino más cercano y un socio clave. Si la democracia y la ley se ven socavadas por el crimen, eso nos afecta directamente a nosotros”, afirmó. Además, enfatizó que el Congreso de Estados Unidos debe considerar nuevas estrategias para colaborar con México en temas de seguridad y gobernabilidad, a fin de evitar una mayor desestabilización.
Las declaraciones de Rubio se dan en un contexto particularmente sensible, ya que México se encuentra en medio de un proceso electoral en el que diversos candidatos y partidos han denunciado amenazas, actos de intimidación y asesinatos de miembros de sus equipos de campaña.
Finalmente, Rubio concluyó su intervención subrayando que la creciente violencia política en México debe verse no solo como una preocupación bilateral, sino como un tema de seguridad hemisférica. Pidió a sus colegas en el Senado que consideren este asunto prioritario en las discusiones de política exterior.
Contracción de la IED
El aumento de la violencia política en México, como la que señala el senador Marco Rubio, puede tener un impacto directo y negativo en la Inversión Extranjera Directa (IED).
La violencia política —asesinatos de candidatos, amenazas a funcionarios, inestabilidad en gobiernos locales— genera desconfianza en la gobernabilidad. Para los inversionistas extranjeros, esto representa un riesgo elevado, ya que no hay garantías de que las reglas del juego político y económico se mantengan estables.
Los inversionistas suelen retirar o posponer proyectos en zonas con alta volatilidad política, afectando la llegada de capital extranjero.
Los cárteles y grupos criminales pueden interferir directamente en proyectos de inversión, extorsionando a empresas, bloqueando obras o controlando territorios donde se pretendían instalar fábricas, centros logísticos o parques industriales.
En regiones como Michoacán o Guerrero, empresas han abandonado planes de inversión debido a amenazas del crimen organizado.