Al cierre del proceso electoral municipal en Veracruz, persisten focos de tensión en diversas demarcaciones debido a incidentes violentos, irregularidades y disputas entre partidos políticos por el supuesto triunfo en las urnas. En Poza Rica, municipio destacado por su actividad petrolera, simpatizantes de Morena rechazaron reconocer el resultado que favorece al candidato de Movimiento Ciudadano, lo que generó un ambiente de confrontación en las instalaciones del Organismo Público Local Electoral (OPLE). Ante las amenazas de irrupción violenta a los centros de cómputo, tanto Morena como MC discreparon sobre la solicitud de atraer los cómputos a Xalapa, por temor a irregularidades o a la falta de condiciones de seguridad. En este contexto, el coordinador nacional de MC calificó la acción del partido opositor como un “secuestro” de la sede del OPLE en Poza Rica, mientras que el representante de Morena argumentó que el traslado de cómputos establecería un “precedente inaceptable” en un municipio de gran relevancia estatal.
En Boca del Río, otro de los municipios estratégicos de Veracruz, la diferencia de menos de 800 votos entre la candidata del PAN y la aspirante de Morena alimentó acusaciones de manipulación de paquetes electorales y presuntos intentos de alterar las urnas. Los líderes estatales de ambos partidos manifestaron su disposición a impugnar y llevar el caso a tribunales ante la estrecha contienda. Asimismo, al menos cuatro consejos municipales más —José Azueta, Sayula de Alemán, Mecayapan y El Higo— solicitaron cambio de sede para sus cómputos, mientras que se documentaron denuncias por quema de boletas y papelería electoral destruida en Tuxtilla, Hidalgotitlán, Mecatlán, San Andrés Tlanehuayocan y la aparición de boletas tiradas en Chocamán. Al momento de redactar la nota, únicamente 38 de los 212 municipios del estado habían concluido sus conteos oficiales, lo que subraya la complejidad y volatilidad del proceso poselectoral en Veracruz.
