WASHINGTON D.C. – En un movimiento que marca una escalada sin precedentes en la política exterior de los Estados Unidos hacia América Latina, el presidente Donald Trump confirmó el inicio de lo que describió como el “primer despliegue táctico terrestre” en territorio venezolano. Según las declaraciones del mandatario, esta incursión forma parte de una estrategia para desarticular estructuras criminales y facilitar una transición política en el país caribeño.
Durante un mensaje oficial, Trump aseguró que la operación tiene objetivos “quirúrgicos” y que busca proteger los intereses de seguridad nacional de EE. UU., vinculando la inestabilidad en Venezuela con la crisis migratoria y el tráfico de drogas. “Hemos esperado lo suficiente; es momento de que la libertad regrese a Venezuela”, afirmó el mandatario, subrayando que cuenta con el apoyo de una coalición de aliados regionales, aunque no especificó cuáles.
Reacciones y tensión regional La noticia ha provocado una reacción inmediata en la comunidad internacional. Mientras algunos sectores de la oposición venezolana ven el movimiento como una esperanza para el cambio de régimen, organismos internacionales y gobiernos de la región han expresado su profunda preocupación por las posibles bajas civiles y las consecuencias de una intervención armada de esta magnitud.
Por su parte, el gobierno de Nicolás Maduro ha denunciado la acción como un “acto de agresión imperialista” y ha ordenado la movilización de sus fuerzas armadas hacia las zonas fronterizas. La Casa Blanca ha enfatizado que este despliegue no es una ocupación, sino una “intervención necesaria” para asegurar la región.
