“El impacto del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec en la economía veracruzana: una mirada desde la complejidad económica”

REPENSAR LA ECONOMÍA

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Rosy Wendoli Carrillo Ovando

Economista, especialista en comercio exterior y maestra en economía ambiental. Candidata a doctora en Ciencias Administrativas y Gestión para el Desarrollo. Docente en la Facultad de Economía de la Universidad Veracruzana. Líneas de investigación: desigualdad económica, complejidad económica, desarrollo sustentable y economía ambiental.

Contacto: roscarrillo@uv.mx

El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec es uno de los proyectos de infraestructura más grandes en México. Su objetivo principal es enlazar los océanos Atlántico y Pacífico a través de Veracruz y Oaxaca, lo que, a su vez, fortalecerá la capacidad de los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz, convirtiéndolos en un polo logístico como alternativa al Canal de Panamá.

Además de los beneficios para la circulación de mercancías e integración económica regional, el CIIT cobra una especial relevancia, pues lo atraviesa una de las zonas del país históricamente más marginadas y con mayor rezago económico. La zona sur-sureste, en donde la pobreza y el rezago en infraestructura han sido características recurrentes. Veracruz y Oaxaca, a pesar de sus riquezas naturales y su posición geográfica, han enfrentado limitaciones estructurales obstaculizando su desarrollo económico.

En este sentido, el CIIT se presenta como una oportunidad para reducir la desigualdad debido al impulso del desarrollo económico, la atracción de inversiones y la generación de empleos. En relación con lo anterior, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Francisco Cervantes Díaz, señaló que el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec promete generar más de 3 mil millones de dólares y producir entre 25,000 y 30,000 empleos directos e indirectos en Oaxaca y Veracruz.

El establecimiento de Polos de Desarrollo para el Bienestar dentro del alcance de este proyecto es igualmente importante. Los parques industriales diseñados para atraer empresas de diferentes sectores tienen un gran potencial para la industrialización de la región. Más de 30 empresas han expresado interés en cada uno de estos polos.

El CIIT tiene ventajas para diversificar la economía veracruzana, cuya economía depende del sector agrario y de la industria petrolera. La modernización del puerto de Coatzacoalcos mejorará la logística del estado. Esto facilitará la exportación de productos y atraerá inversiones en petroquímicos, logística y la agroindustria.​

Retos y consideraciones desde la complejidad económica

El éxito de este proyecto depende de la capacidad que se desarrolle para transformar las estructuras productivas de las entidades involucradas y, al mismo tiempo, permita reducir las desigualdades económicas que las han caracterizado.

En mi investigación doctoral, analizo como las entidades federativas que presentan mayor complejidad económica (una economía con productos diversos y sofisticados) tienen menores niveles de desigualdad de ingresos. Sin embargo, este efecto no es automático ni inmediato. Para que una estrategia de diversificación productiva tenga los efectos deseados, debe ir acompañada de políticas que ayuden a potenciar los resultados, entre las que destacan, el desarrollo del capital humano, integración territorial y la calidad institucional.

Es necesario que las regiones se inserten en las dinámicas productivas de los Polos de Desarrollo para el Bienestar. Para asegurarlo se requiere de programas de capacitación técnica y profesional. De no implementarse estas estrategias se corre el riesgo de que los empleos de calidad sean ocupados por personas externas a la región, lo que ampliaría las brechas de ingresos en lugar de reducirlas.

Por otra parte, es importante establecer lazos efectivos entre las empresas locales y las cadenas de valor para así evitar que el CIIT se convierta en un territorio productivo desconectado de la base económica regional.

Finalmente, el papel de las instituciones es fundamental. Como argumentan diversos autores, sin instituciones sólidas (con derechos de propiedad protegidos, un estado de derecho efectivo, un sistema político participativo y representativo, etc.) los beneficios del crecimiento tienden a concentrarse en pocas manos.

En conclusión, el CIIT puede ser una buena estrategia de complejidad económica para la zona sur de México. Pero esto solo se concretará si va acompañado de políticas públicas integrales, que combinen inversión en infraestructura con estrategias educativas e institucionales. De lo contrario, se pueden repetir los errores del pasado: grandes obras de infraestructura con escaso impacto en el bienestar.

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