El resurgimiento del sarampión en México: un análisis desde la economía de la salud

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Rosy Wendoli Carrillo Ovando

Economista, especialista en comercio exterior y maestra en economía ambiental. Candidata a doctora en Ciencias Administrativas y Gestión para el Desarrollo. Docente en la Facultad de Economía de la Universidad Veracruzana. Líneas de investigación: desigualdad económica, complejidad económica, desarrollo sustentable y economía ambiental.

Contacto: roscarrillo@uv.mx

México vive un brote de sarampión con 1003 casos confirmados y al menos 5 defunciones que ha encendido las alertas. Esta alerta no es solo sanitaria. El sarampión se consideraba una enfermedad que estaba erradicada, su resurgimiento nos obliga a preguntarnos ¿Qué esta pasando? Y ¿Cuáles son los costos económicos y sociales?

Desde la perspectiva de la economía de la salud, estas problemáticas permiten analizar las consecuencias de desatender la prevención como estrategia del bienestar social. La falta de prevención genera costos significativos directos e indirectos que afectan a los individuos a los sistemas de salud y a la economía en general.

El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa, pero absolutamente prevenible mediante la vacunación. Entonces ¿Por qué reaparecen enfermedades que ya se habían contenido? Son diversas las causas. En primer lugar, desde hace una década ya se veía una caída en las tasas de vacunación de diversas enfermedades como la poliomielitis, el sarampión, la rubéola y la difteria y esta tendencia se vio agravada por la pandemia.

Por otra parte, la desinformación en las redes sociales también es preocupante ya que representa una amenaza para la efectividad de las políticas de vacunación. Actualmente se ven movimientos antivacunas y se aprecia desconfianza en sectores cada vez más amplios de la población.

Finalmente, podemos hablar de la persistente desigualdad característica de nuestro país y que afecta el acceso a los servicios de salud. Esta problemática se pudo apreciar con especial crudeza durante la crisis sanitaria o se está viendo con el brote de sarampión. Desde la economía de la salud, esta desigualdad no solo es una injusticia social, sino también una ineficiencia económica de gran escala.

Desde esta perspectiva es mejor prevenir que curar. Vacunar a un niño contra el sarampión cuesta en promedio menos de 50 pesos; tratar un caso complicado puede costar más de mil. Las zonas con menor cobertura de vacunación suelen coincidir con municipios de alta marginación, donde los costos de la enfermedad no solo son gastos médicos, también se traduce en empobrecimiento, exclusión y desconfianza institucional.

En economía de la salud a esto se le llama “pobreza médica”, es decir, cuando las barreras al acceso al cuidado preventivo generan un ciclo de deterioro en el capital humano.

El gasto en salud en México alrededor del 5% del PIB, esto se considera muy bajo en comparación con otros países. Por ejemplo, el gasto es Estados Unidos es del 17%, en Francia es del 12%, Argentina 10%. México esta por debajo del promedio de los países de América Latina.

La economía de la salud nos recuerda que la salud no es solo un derecho, sino también una inversión. Entender que prevenir una enfermedad es más barato y eficiente que atender sus consecuencias.

El resurgimiento del sarampión no es solo una emergencia sanitaria, es una oportunidad para repensar el sistema de salud mexicano: aquella que pone el bienestar colectivo por encima del cálculo inmediato y que valora la salud como un bien público esencial.

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