México ha sido clasificado como el tercer país más complejo para hacer negocios entre 79 naciones, de acuerdo con el informe Global Business Complexity Index 2025 de TMF Group, difundido por Forbes México. Este estudio evalúa aspectos como la carga regulatoria, la transparencia fiscal y la estabilidad institucional, factores clave que inciden en la confianza de los inversionistas nacionales e internacionales.
A pesar de este entorno desafiante, Veracruz ha logrado posicionarse como un destacado polo de inversión, gracias a esfuerzos locales por simplificar trámites, promover incentivos y fortalecer la infraestructura. Las autoridades estatales han resaltado que, aunque el país enfrenta retos importantes en términos de regulación y burocracia, el estado busca ser un ejemplo positivo, mostrando que con coordinación entre gobierno y sector privado se pueden generar condiciones favorables para atraer capital.
Expertos señalan que México debe avanzar en la modernización de sus procesos regulatorios y fiscales para mejorar su competitividad global. Sin embargo, casos como el de Veracruz muestran que las estrategias regionales pueden marcar la diferencia, convirtiéndose en motores de desarrollo económico dentro de un contexto nacional complejo.