Aunque el Presupuesto basado en Resultados (PbR) busca mayor eficacia y transparencia en el gasto público, Veracruz se posiciona entre las entidades con menor avance. ¿Qué implica esto para la gestión estatal y la calidad del gasto?
En un país que avanza hacia una administración pública orientada al desempeño y la transparencia, Veracruz enfrenta un serio llamado de atención. Según el Diagnóstico Nacional sobre la Implantación del Presupuesto basado en Resultados (PbR) y el Sistema de Evaluación del Desempeño (SED) 2025, la entidad se ubicó en el lugar 30 de 32 estados, con apenas un 68.8% de avance, muy por debajo de entidades como Guanajuato y Yucatán, que alcanzaron un 100%.
El PbR-SED es una herramienta clave en la modernización de las finanzas públicas, al vincular la planeación con la programación y presupuestación, y al establecer indicadores que evalúan si los recursos públicos generan los resultados deseados en políticas públicas.
¿Qué significa este rezago para Veracruz?
El bajo nivel de avance de Veracruz no solo implica una menor adopción de herramientas técnicas como matrices de indicadores (MIR), evaluaciones de impacto o mecanismos de seguimiento y control; también limita la capacidad del gobierno estatal para tomar decisiones basadas en evidencia, medir resultados de programas sociales y justificar el uso eficiente de los recursos ante la ciudadanía y el Congreso local. En otras palabras, Veracruz corre el riesgo de gastar sin saber exactamente qué funciona y qué no.
Además, en un entorno nacional e internacional cada vez más exigente con la transparencia fiscal y la rendición de cuentas, el rezago en PbR puede afectar la percepción crediticia de la entidad, la atracción de recursos federales etiquetados e incluso la ejecución de programas con apoyo internacional.
Comparativos que preocupan
Mientras Veracruz no alcanza ni el 70% de avance, estados como Jalisco (97.8%), Baja California (95.2%) o Puebla (94.3%) destacan por implementar modelos de presupuestación con indicadores de desempeño y evaluaciones periódicas. Incluso estados del sureste como Yucatán muestran que es posible liderar este tipo de reformas aún con contextos similares de desarrollo.
El lugar 30 de Veracruz solo supera a Guerrero (61.8%) y Baja California Sur (54.9%), entidades históricamente rezagadas en materia administrativa y presupuestal.
¿Un reto para la nueva administración?
El resultado del diagnóstico 2025 llega en un momento clave, cuando la entidad está en transición hacia un nuevo gobierno. La administración entrante deberá considerar esta alerta como una prioridad estratégica si desea elevar la eficacia del gasto, mejorar indicadores de desarrollo social y responder con mayor transparencia a las exigencias ciudadanas.
Una hoja de ruta realista podría incluir: fortalecer las capacidades técnicas de las dependencias, institucionalizar los mecanismos de evaluación y asegurar la participación del Congreso local en la fiscalización de resultados, no solo en la aprobación de montos.
El costo de no medir e Implementar el PbR-SED no es un lujo técnico, es una obligación moral y legal. Los estados que no avanzan en su consolidación corren el riesgo de gastar más sin saber si mejoran la vida de su población. En un Veracruz que enfrenta rezagos en pobreza, seguridad y desarrollo regional, la eficiencia del gasto debería ser la norma, no la excepción.