Xalapa, Ver. – En un balance sobre el estado que guarda la fiscalización de los recursos públicos en Veracruz, la auditora general del Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS), Delia González Cobos, aseguró que la institución cuenta actualmente con bases sólidas y herramientas tecnológicas para garantizar la transparencia y el apego a la legalidad en el ejercicio del gasto público.
De acuerdo con la titular del ORFIS, el organismo ha atravesado un proceso de fortalecimiento interno que permitió profesionalizar sus procedimientos, reducir márgenes de discrecionalidad y hacer más eficientes las auditorías practicadas a entes municipales y estatales. Sin embargo, la pregunta central sigue abierta: ¿estos avances se han traducido en una mejora tangible en la rendición de cuentas?
Aunque la incorporación de tecnología y la estandarización de procesos representan un paso relevante, especialistas en fiscalización han señalado que el principal desafío no radica únicamente en la detección de irregularidades, sino en el seguimiento de las observaciones y en las consecuencias administrativas o penales derivadas de ellas. En ese sentido, persiste la percepción de que muchas observaciones se repiten año con año sin que exista un impacto disuasivo claro.
Otro punto pendiente es la transparencia hacia la ciudadanía. Si bien el ORFIS publica informes y resultados de auditorías, el acceso y comprensión de esta información continúa siendo limitado para la mayoría de la población, lo que debilita el vínculo entre fiscalización y control social efectivo.
Así, mientras el órgano fiscalizador sostiene que hoy cuenta con bases firmes para vigilar el uso de los recursos públicos, el reto sigue siendo demostrar que dichas capacidades se reflejan en una disminución real de la corrupción, en sanciones efectivas y en una gestión pública más responsable. La fiscalización avanza en el discurso y en los procedimientos, pero su impacto en la vida institucional del estado aún está bajo escrutinio.







