Banxico flexibiliza política monetaria, tasa de interés en 8.50%

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La Junta de Gobierno del Banco de México decidió recortar en 50 puntos base la tasa de interés interbancaria a un día, situándola en 8.50%, con efectos a partir del 16 de mayo de 2025. Esta decisión se enmarca en un entorno económico global que sigue mostrando signos de desaceleración, con tensiones comerciales persistentes, incertidumbre geopolítica y ajustes a la baja en las proyecciones de crecimiento, particularmente en Estados Unidos.

Durante el primer trimestre de 2025, la economía mexicana mostró debilidad, con un crecimiento trimestral ajustado por estacionalidad de solo 0.2%, tras una contracción en el trimestre anterior. En este contexto, tanto la inflación general como la subyacente se ubicaron en abril en 3.93%, aunque la inflación subyacente mostró un ligero aumento. A pesar de que este indicador se ha mantenido por debajo del 4% por ocho meses consecutivos, las expectativas de inflación general para el cierre de 2025 se han revisado al alza.

El Banco Central ajustó sus pronósticos de inflación a corto plazo, destacando el aumento mayor al esperado en los precios de mercancías. Se mantiene la expectativa de que la inflación converja hacia el objetivo del 3% en el tercer trimestre de 2026. Sin embargo, el balance de riesgos continúa sesgado al alza, en particular por factores como la volatilidad cambiaria, disrupciones por conflictos globales, presiones de costos y afectaciones climáticas. En contraste, posibles riesgos a la baja incluyen una menor actividad económica o un traspaso limitado de los choques inflacionarios.

La Junta de Gobierno considera que el proceso desinflacionario ha entrado en una nueva fase. Al reducir la tasa de referencia, reconoce que ya no se requiere la misma magnitud de restricción monetaria que durante los choques globales de años anteriores. No obstante, mantiene una postura cautelosa, evaluando la posibilidad de continuar con recortes similares en el futuro, siempre que las condiciones inflacionarias lo permitan.

El Banco de México reitera su compromiso con su mandato prioritario: alcanzar y mantener una inflación baja y estable. Cualquier ajuste futuro a la política monetaria será congruente con la trayectoria necesaria para lograr la convergencia ordenada y sostenida de la inflación a su meta de 3%.

Análisis por EL CENSAL

La reciente decisión del Banco de México de reducir en 50 puntos base la tasa de interés interbancaria a un día se inscribe en un contexto donde la política monetaria de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos juega un papel clave. Aunque la FED ha mantenido sin cambios su tasa de referencia, las expectativas de un entorno monetario menos restrictivo en ese país influyen directamente sobre las condiciones financieras globales, afectando el tipo de cambio, los flujos de capital y el comportamiento de los mercados emergentes como México.

El Banxico reconoce que la transmisión completa de su política monetaria —es decir, el efecto real que los recortes de tasas tendrán sobre el crédito, el consumo, la inversión y, finalmente, sobre la inflación— tomará tiempo. En este sentido, se anticipa que dichos efectos comenzarán a percibirse con mayor claridad hacia el cuarto trimestre de 2025. Esto refleja el desfase natural entre las decisiones de política monetaria y su impacto sobre la economía real, más aún en un entorno externo volátil y con presiones inflacionarias latentes.

Mientras la FED se mantiene en pausa, el Banco de México adopta una postura más flexible, aunque prudente, con la intención de apoyar la reactivación económica sin comprometer la meta inflacionaria. La interacción entre ambas políticas monetarias será determinante para la trayectoria futura de la inflación, el tipo de cambio y el dinamismo económico mexicano.

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