
la Casa Blanca, a través de su portavoz Karoline Leavitt, informó que el gobierno de Donald Trump podría extender el plazo previsto para la entrada en vigor de nuevos aranceles sobre importaciones, originalmente programado para el 9 de julio.
Leavitt explicó que el presidente podría decidir prolongar esta pausa arancelaria, si los países aún no alcanzan acuerdos comerciales satisfactorios. En ese caso, EE. UU. podría imponer tasas recíprocas consideradas ventajosas, una vez expirado el periodo de gracia.
El anuncio subraya que el representante comercial de EE. UU., Jamieson Greer, permanece en constantes negociaciones con varios socios comerciales principales que aún no cuentan con acuerdos cerrados.
Esta medida se da en un contexto de volatilidad internacional: en abril, Trump impuso una serie de aranceles progresivos a diversos sectores, que sí entraron en vigor posteriormente. Además, se endurecieron tarifas sobre acero y aluminio, elevándolas hasta el 50 % en ciertas categorías .
A pesar de que un fallo judicial declaró ilegales algunos gravámenes, la administración anunció su intención de apelar y mantuvo su línea proteccionista. Incluso se baraja el uso de otras bases legales para mantener los aranceles vigentes.
La posible prórroga del plazo implica que, en lugar de una fecha definitiva, habrá un espacio adicional para negociaciones bilaterales y acuerdos puntuales, en búsqueda de condiciones favorables para EE. UU.