Darío Fabian Hernández González
Investigador Académico en el Instituto de Investigaciones en Estudios superiores Económicos y Sociales (IIESES) de la Universidad Veracruzana.
La caída del producto interno bruto de los Estados Unidos a cifras negativas, es decir; -0.3% este 30 de abril; durante el primer trimestre del año a ritmo anualizado, según los datos del Buró de Análisis Económico (BEA) de ese país, lo que se explica en gran medida por las insólitamente altas“importaciones de pánico”, acumulando altos niveles de stock (bienes y mercancías almacenadas prácticamente improductivas), que se vivieron durante los meses previos al mal llamado día de la liberación, previo al día 2 de abril y hasta hoy día, aunado a una contracción del gasto de los consumidores que no necesariamente se vuelve ahorro sino simplemente autoprotección y no ahorro bancario o productivo, también aunado a una significativa reducción del gasto público gubernamental; todo ello ha derivado en una importante caída del PIB norteamericano.
La caída del PIB aunado a la creciente inflación en EEUU,se explica sí, por la política económica exterior del presidente D. Trump; que ha afectado otros sectores como lacaída de las Bolsas de Valores NYSE y NASDAQ; y todo este efecto negativo solo podrían revertirse en el corto plazo con la celebración y validación de nuevos convenioscomerciales internacionales.
No hay información oficial sobre posicionamiento de México para celebrar nuevos acuerdos comerciales internacionales, se asume que con EEUU serían lo que ya se tenía con el TMEC, lo que no sería recomendable, como tampoco es recomendable no tener estrategias comerciales para celebrar convenios con otros posibles socios como los BRICS, el resto de ASIA o Europa.
A este ritmo de la economía de EEUU, sería previsible este mismo año 2025 una Recesión Económica no tradicional sino impuesta por los aranceles, y porque un crecimiento económico cercano al 4% (positivo) no le era suficiente ya a EEUU; en esta nueva realidad el dicho stock de importaciones se acabará en el primer trimestre del año, bajo el supuesto de la imposición de aranceles anunciadospasados los 90 días de “gracia”; por lo que se espera que los ingresos vía impuestos gubernamentales caerán y por ende el gasto en subsidios en el empleo, salud y educación aumentarán y el gasto de las familias seguirá disminuyendo ocasionando más inflación, contracción en el empleo, alza de precios y caída de los suministros de los hogares e industriales.
Los primeros 100 días de la presidencia de D. Trump, no se trata de aranceles para sus socios comerciales, sino del posicionamiento de los países, especialmente para los que cómo México, tienen tan intrínsecamente relacionada su economía con la de EEUU. El PIB mexicano, su producción, su economía internacional e interna, podría caer en la misma situación, incluso de forma más grave que su vecino del norte.
El gobierno federal a través de la cancillería y la secretaría de economía; sería deseable que celebrara reuniones con sus similares de las entidades federativas, para plantear y proponer estrategias de negociación de México con EEUU, pero también con otros socios comerciales mundiales; previendo los volúmenes de producción estatales hasta garantizar una balanza comercial que favorezca el crecimiento nacional y sobre todo el desarrollo subnacional de México.
Para el Estado de Veracruz, urge en orden de importancia; planificación económica y social para garantizar la importación de insumos para la industria petroquímica y de gas, del acero y aluminio, para a su vez garantizar sus volúmenes de producción a través de la exportación pactada en negociaciones internacionales. Planificar para las commodities veracruzanas; azúcar y café principalmente, cítricos, hortalizas y granos, además de carne de cerdo y pollo, huevo, junto con productos lácteos, conservas y embutidos. Pero los gobiernos de los 32 Estados mexicanos no tienen aún disponibles estos documentos subnacionales de planeación económica y social alineados con el Plan México, ni los mecanismos legales derivados de ellos para el comercio global, ni siquiera los indispensables diagnósticos sobre estos productos su disposición presente y futura, desafíos de los productores mexicanos, y de acciones conjuntas, público-privadas por realizar.
El Plan Estatal de Desarrollo, como ordenamiento superior de gobierno subnacional de largo plazo, debe complementarse con planes, programas y proyectos de corto plazo, que garanticen la consecución de objetivos gubernamentales de corto, mediano y largo plazo a nivel local. De lo contrario, especialmente en Veracruz; el desarrollo social y el crecimiento económico incluso pueden seguirse logrando en estados como CDMX, México, Nuevo León y Jalisco, alcanzando indicadores nacionalessuficientes para el país, pero no los necesarios en Veracruz.
“No planear es planificar el fracaso”. La caída del PIB al -0.3% en EEUU, debería activar acciones inmediatas de planeación en Veracruz, concurrentes con el Plan México
