Coincidiendo con la celebración del Día de la Independencia en Estados Unidos— el presidente Donald Trump promulgó lo que denominó su “emblemática ley de presupuesto”. El acto tuvo lugar en la Casa Blanca, acompañado de un desfile aéreo con bombarderos B‑2 y numerosos legisladores republicanos, mientras Trump calificaba la iniciativa como “la ley más popular” del país, anunciando el inicio de una nueva “era dorada” para la nación.
En su discurso, Trump destacó que esta ley incorpora reducciones masivas de impuestos, mayor presupuesto para las fuerzas armadas y medidas orientadas a reforzar la seguridad fronteriza, pero también contempla recortes sustanciales en salud pública, lo que implica que hasta 12 millones de personas podrían quedar sin cobertura médica para 2034.
La Oficina Presupuestaria del Congreso anticipa que el plan aumentará el déficit fiscal en 3.3 billones de dólares durante la próxima década, una cifra significativa que ha generado amplio debate. Trump, por su parte, atribuye el impulso económico a los recortes impositivos y al gasto dirigido a defensa e infraestructura fronteriza.
El proyecto, conocido en el Capitolio como la “Gran y Hermosa” ley, fue aprobado por un amplio margen en la Cámara de Representantes y gracias al voto decisivo del vicepresidente J. D. Vance en el Senado, en una sesión muy reñida, votada en 51‑50
El contenido incluye reglas amplias: Convertir en permanentes los recortes fiscales de 2017. Exenciones de impuestos para propinas y horas extras. Incentivos fiscales para investigación. Aumento de fondos para el muro y contratación de 10 000 agentes de inmigración. Recortes a subsidios de energía limpia, Medicaid y asistencia alimentaria SNAP.
El impacto de esta ley es amplio y polémico. Los críticos, incluidos destacados republicanos como Rand Paul y Thom Tillis, y expertos como el exdirector del FMI, advierten que favorece a los sectores más acomodados mientras reduce la protección social, podría debilitar el dólar y dañar la economía global .