El gobernador de California, Gavin Newsom, ha iniciado una ofensiva económica y legal contra los aranceles impuestos por el expresidente Donald Trump, argumentando que estas medidas proteccionistas amenazan la estabilidad de la economía californiana, la más grande de Estados Unidos.
Con un Producto Interno Bruto (PIB) de 4.1 billones de dólares en 2024 y siendo el principal importador del país, California se ve especialmente afectada por los aranceles que impactan a más del 40% de sus importaciones, provenientes principalmente de China, México y Canadá.
Newsom ha ordenado el desarrollo de nuevas alianzas comerciales estratégicas con países aliados para proteger a fabricantes, agricultores y consumidores californianos. Además, ha presentado una demanda federal junto con el fiscal general Rob Bonta, argumentando que Trump carece de autoridad para imponer aranceles unilateralmente sin la aprobación del Congreso, utilizando la Ley de Poderes de Emergencia Económica Internacional (IEEPA) de manera ilegal y sin precedentes.
La administración estatal también ha trazado un plan para impulsar la creación de empleo y la innovación en las industrias expuestas al comercio transfronterizo, asegurando estabilidad a empresas y trabajadores perjudicados por las medidas federales. Se busca garantizar el abasto de insumos críticos, incluidos los materiales de construcción necesarios para la reconstrucción tras los incendios que devastaron Los Ángeles.
El impacto de los aranceles también se refleja en un aumento estimado de la inflación del 2.3% en 2025, lo que podría traducirse en un costo adicional de aproximadamente 3,800 dólares anuales por hogar estadounidense.
Newsom enfatiza que “California no es Washington” y busca mantener la reputación del estado como un socio comercial fiable y estable, apostando por su resiliencia económica y la ampliación de alianzas globales en sectores como energía limpia, tecnología y comercio.
